Arquitectura eficiente: ahorro energético y aire acondicionado

Antes de pararnos a pensar que ahorro energético y aire acondicionado estaban relacionados, las soluciones para refrigerar eran básicamente provenientes de la construcción natural de las viviendas. El uso de los materiales adecuados y de la distribución de espacios era vital para construir viviendas eficientes.

El aire acondicionado actual nos permite climatizar cualquier estancia, en cualquier lugar, y “dominar” a nuestro antojo la temperatura ambiente, mediante un ingenio mecánico que permite invertir el flujo de temperatura de una más caliente a una más fria mediante un condensador y un sistema de ventilación.

La construcción tradicional y su eficiencia energética

Antiguamente, sobre todo en climas cálidos se aprovechaba en el momento de planificar y construir una vivienda o un edificio los recursos de uso de espacios sombreados y de diferencias de temperatura. En la construcción de la cultura árabe en la península ibérica podemos ver ejemplos prodigiosos, donde se conseguía una diferencia de temperatura brutal entre el exterior y el interior del edificio utilizando la inteligencia y el ingenio como formas creativas de conseguir frescor y aprovechamiento también de recursos hídricos.

Ahorro energético y aire acondicionado: acogerse a la normativa

Podemos combinar ahorro energético y aire acondicionado en una instalación de estas características siempre que las condiciones de la edificación y la normativa vigente de cada municipio lo permita, pero es un dato muy relevante que deberían tener en cuenta los que redactan las leyes de edificación y más con la nueva normativa al respecto de certificación energética de los edificios que salió el año pasado a la palestra y que es de uso obligatorio para la venta o alquiler de cualquier vivienda.

Si, por ejemplo queremos instalar una maquina de aire acondicionado de conductos en una vivienda, debemos utilizar los mejores materiales para conseguir el mejor aislamiento en toda la instalación y, además, si conseguimos disponer la unidad exterior en un sitio lo más fresco posible, el compresor tendrá que hacer menos esfuerzo para salvar la diferencia de temperatura que hay entre el interior de la estancia y el interior, por lo que el ahorro energético será mayor.
Esto es complicado en grandes ciudades, donde las normativas municipales y el espacio que tiene cada vecino en su vivienda no le permite, en la mayoría de los casos, elegir el sitio más adecuado para colocar la unidad exterior del aire acondicionado. Normalmente hay un espacio reducido en la fachada o en el tejado del edificio. La alternativa eficiente está en intentar situarla en el patio de vecinos o en zonas específicas creadas a tal fin, ya que el ruido de los compresores puede alterar el sueño y el descanso de los otros propietarios y generar conflictos.